2 de abril de 2011

GRACIAS A ÉL YO HE APRENDIDO QUE...


La vida es como un rompecabezas, algunas partes son fáciles de armar y otras toman de mucho tiempo para ser resueltas.

Pero ni el rompecabezas más difícil deja de ser posible, todo tiene solución, y más cuando existe un ser que nos guía, nos cuida y nos da aliento cuando las cosas parecen no tener salida y nos asfixian.

En mi caso, mi padre ha sido el motor de mi vida, el que me da fuerza cuando las caídas son grandes, quien me enseñó que todo se puede lograr, con amor y dedicación; que no hace falta ser grande para ser reconocido, sino reconocer qué es lo que nos hace ser grandes.

Así, desde pequeña aprendí que lo más importante en la vida es el AMOR, porque sin amor nada tiene razón de ser, es magia de la vida y consiste en no perder al niño que llevamos dentro, la ternura, la inocencia, la picardía, etc., que nos permiten escapar del encierro de este mundo, de esta cotidianidad y esta lucha diaria por "sobrevivir" más que por vivir.

Creer siempre en que nada es imposible y que nunca es tarde para luchar por nuestros sueños, hará que nuestro mundo interno nunca pierda su libertad y nos permita ser quienes queremos y hacer lo que queramos.

A pesar de los momentos duros que he vivido, me encanta recordarlos, porque así aprecio más lo que tengo, lo que tuve y lo que un día quiero llegar a tener… los sueños son la esperanza que el alma necesita para continuar el camino, mientras amemos lo que hacemos nada estará perdido.