Mindo es una población que se encuentra ubicada a unos 79 kilómetros al noroeste de Quito, capital de Ecuador, es un paraíso de la biodiversidad y una de las áreas más ricas del planeta con respecto a la concentración de especies de aves, incluyendo a las mariposas. Pero, ¿cómo influye el turismo en el cambio de vida de la población de Mindo?, ¿qué puntos negativos y positivos tiene el turismo en Mindo?. En una entrevista al teniente político de Mindo, Klever Tello, lo averiguaremos.
ENTREVISTA: Podcast MINDO, DE LA RIQUEZA NATURAL A LA RIQUEZA MATERIAL.
La pequeña población de Mindo, ubicada a 1.250 metros sobre el nivel del mar en una zona de influencia del bosque protector Mindo Nambillo, es uno de los últimos reductos boscosos del Ecuador. Allí, buena parte de sus casi 3.000 habitantes han desarrollado un proceso de integración con su entorno natural, de modo que el ecoturismo es la actividad más importante de la zona, y predomina una cultura de conservación que se manifiesta, por ejemplo, en el uso de la tierra y el cuidado de la misma. Muchos terrenos que anteriormente eran pastizales ganaderos, hoy son bosque recuperado.
Sin embargo, la codicia, la falta de planificación a medio o largo plazo y la poca consideración hacia las poblaciones locales han provocado la insensibilidad hacia aspectos ambientales, la contaminación aumenta, el despilfarro de agua y energía, por parte de los diversos actores vinculados con la industria, incluyendo a los turistas.
2 de febrero de 2012
El periodismo científico en el Ecuador
El futuro del periodismo, está en nuestras manos, somos los estudiantes de periodismo quienes construiremos nuevos escenarios. Esta entrevista fue realizada a un estudiante de periodismo de la Universidad Sek. El objetivo fue saber sus espectativas en el campo laboral, su identidad periodistica y qué opinión tiene acerca del periodismo científico y su práctica actual en el país.
Podcast: El periodismo científico en el Ecuador
Podcast: El periodismo científico en el Ecuador
1 de febrero de 2012
LA SELACOFOBIA
¿Son los tiburones una amenaza para los seres humanos o somos los seres humanos una amenaza para los tiburones?
Si le preguntan a alguien, cuál es su apreciación sobre los tiburones después de haber visto la película Tiburón, obtendremos la misma respuesta, lo pensarán dos veces antes de nadar en el mar.
La Selacofobia es el nombre científico que se da a un miedo constante y anormal a los tiburones, este se ha convertido en un problema para muchos nadadores. Quienes padecen de esta fobia son totalmente incapaces de nadar en el mar, mucho menos practicar buceo o pesca submarina, aún cuando estén seguros de que se han implementado redes u otros procedimientos de seguridad.
El miedo a los tiburones, en muchos de los casos, puede ser tan grave que solo mirar una fotografía de ellos puede ocasionarles un ataque de pánico. Existen varios casos grabados de gente que está tan aterrorizada que son incapaces de nadar en piscinas que están ubicadas a cientos de kilómetros del mar por temor a ser atacados por un tiburón.
La aparición de este trastorno afloró poco después del estreno de la película Tiburón, y muchos de quienes lo sufren y algunos psicólogos, atribuyen el miedo a los tiburones específicamente a esta película.
El cine, ciertamente, no ha sido una buena publicidad. Quizás por ello, se relacione la aparición de este trastorno de la selacofobia al estreno de la película Tiburón. Es difícil creer que la representación de Spielberg produzca un pánico masivo y descontrolado, pero algunos científicos han establecido, tal vez exageradamente, que Tiburón es indirectamente responsable de la gran escala de la matanza de tiburones alrededor del mundo desde 1975.
El psicoanalista, Fabián Guarderas, médico especialista en uso de la hipnosis para el control de los miedos, en una entrevista realizada, señala que la principal razón de la selacofobia viene acompañada del miedo, es decir, si una persona no sabe nadar, es normal que sienta miedo de caer en aguas profundas, sea en una piscina, un lago o el océano.”Se puede decir que el miedo es una reacción de protección por parte del organismo, sin embargo, este se torna peligroso cuando abusamos de él, y dejamos que los comportamientos sean en realidad los que atenten contra nuestra seguridad”, así lo afirma.
La explicación de cómo actúa la selacofobia en nuestro sistema, según el Doctor Guarderas, es la siguiente: “empieza en una situación de miedo, el cuerpo empieza a sufrir una serie de cambios: el corazón acelera su palpitar para así permitir el envío de sangre a las extremidades y al cerebro, por lo general, las pupilas también sufren una alteración, se dilatan; se producen tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides. La producción de estos cambios internos son los que impiden que se dé una conexión entre las neuronas. Por tanto, biológicamente, es imposible que una persona sea capaz de todo su potencial cuando vive una situación constante de miedo. Se paraliza.”
Para esto, existen terapias de hipnosis que logran llegar al subconsciente del ser humano, se empieza por terapias que ayudan al control de los pensamientos, en primer lugar, y al control de la reacción del cuerpo frente a la fobia que se tenga.
Como otras fobias específicas, la selacofobia puede ser tratada con hipnoterapia, terapia conductual y/o medicación. Sin embargo, en ocasiones puede dificultarse encontrar el enfoque adecuado para cada individuo.
Ataques de tiburones a humanos a nivel mundial:
Según datos de (ISAF) The International Shark Attack File en el 2010 se registraron 115 presuntos incidentes entre tiburones y seres humanos, 79 de los cuales no fueron provocados, es decir, que se produjo un ataque del tiburón al ser humano sin provocación alguna. Los 36 ataques restantes se categorizan como provocados, estos se producen cuando un humano inicia el contacto físico con un tiburón; por ejemplo, un buzo poco después de haber tocado un tiburón, el apartar al tiburón de una red después de la pesca, y a personas que están en contacto con los tiburones por motivos de estudios.
El total de ataques anual en el 2010 fue de 79, que se encuentran en la categoría de no provocados, estos superan a los 63 ataques de 2009 y están dentro de los más altos desde el año 2000.
El número de ataques no provocados de tiburones ha aumentado a un ritmo constante desde el siglo pasado, este crecimiento no significa necesariamente que hay un aumento en la tasa de ataques de tiburones, es más bien un reflejo de la creciente cantidad de tiempo que los seres humanos pasan en el mar, lo que aumenta las probabilidades de interacción entre las dos partes afectadas.
La población mundial continúa su aumento y simultáneamente aumenta el interés en la recreación acuática, por lo tanto, si las poblaciones de tiburones seguirían siendo las mismas o aumentarían de tamaño, se podría predecir que debería haber más ataques cada año que en el año anterior debido a la creciente cantidad de tiburones. Por el contrario, estas poblaciones de tiburones, realmente están disminuyendo a un ritmo grave o se sostiene en niveles muy reducidos en muchas zonas del mundo como resultado de la sobrepesca.
La cruda realidad de los tiburones:
Un tercio de los tiburones de los océanos abiertos están en peligro de extinción, principalmente debido a la pesca excesiva, según un estudio del Grupo Especialista en Tiburones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En el informe realizado, se indica que existe una grave pesca excesiva de estas especies, en aguas nacionales e internacionales, y demuestra la necesidad de emprender acciones inmediatas a escala mundial, según datos en la página web de la UICN, la directora de políticas de la Alianza del Tiburón, Sonja Fordham afirma que “Estos animales son especialmente sensibles a la pesca excesiva debido a que tardan varios años en madurar y a que quedan relativamente pocos ejemplares jóvenes”.
Los tiburones son cada vez más el objetivo de los pescadores debido a los nuevos mercados de carne de tiburón y la gran demanda de aletas en Asia, donde es el ingrediente principal de una sopa muy apreciada por ser considerada como afrodisiaca.
Para satisfacer esta demanda, a menudo se cortan las aletas del tiburón y se tira el resto del cuerpo de nuevo al agua, una práctica conocida como el “aleteo” que se ha prohibido en la mayoría de las aguas internacionales pero que se continúa practicando.
Contra esta actividad, se han creado varias campañas y fundaciones que apoyan a la conservación de los tiburones y su hábitat: no al aleteo del tiburon, Contra El Finning.
Si bien no se puede asegurar que la película Tiburón, o películas como El último tiburón, Deep Blue Sea o Tiburón 3D: La presa sean las causantes de la selacofobia, es importante señalar que la gran influencia en la imagen que se tiene de un tiburón como un despiadado depredador se debe a esas imágenes, ocasionado en muchos casos, un terror a estas especies y como consecuencia de eso, la pesca desmedida a estos animales.
Como conclusión a esta investigación, basándome en cifras ya mencionadas, considero que el ser humano se ha convertido más en una amenaza para los tiburones que ellos para nosotros. A pesar de los ataques, irónicamente, los seres humanos continúan avanzando en el hábitat natural de los tiburones. Sin embargo, siguen culpando a los tiburones por la destrucción de embarcaciones, tablas de surf, y entran en estado de shock cuando se enteran algún ataque ocurrido.
Los tiburones son muy dominantes en las aguas donde viven. Ellos han sido capaces de evolucionar y de sobrevivir durante los pasados 450 millones de años. Sin embargo, su mayor amenaza son los seres humanos, debido a la caza, la contaminación, el calentamiento global, y el estrechamiento de su hábitat natural. La mayoría de los seres humanos no tienen ningún deseo de aprender la verdad acerca de los tiburones. Están contentos con la información que tienen, a pesar de que no es exacta.
Existen muy pocos ataques de tiburones, menos de 100 cada año. Menos del 10% de las personas mueren cuando son atacados, ya que dejan al humano después de que se dan cuenta que no era la presa que buscaban.
31 de enero de 2012
Si pudieras ser un pájaro, ¿qué harías?
"Parece que va a ser un buen día", fue lo primero que pensé cuando abrí los ojos, no era una mañana tan fría como las que había sentido este mes de Enero; podía observar desde mi ventana las nubes abrirse y entre ellas rayos de sol que aparecían poco a poco.
Era jueves, el reloj marcaba las 9 am y ya estaba lista para emprender el viaje, ¿mi destino? Mindo.
La carretera estaba en buen estado, el paisaje era prometedor, árboles y más árboles a mi alrededor, la bulla de la ciudad quedaba atrás. Sentía la brisa en mi rostro, el sonido de la música que se mezclaba con el viento, todo hacía que me sienta diferente a lo cotidiano.
Respirando aire puro…
Llegué al pueblo de Mindo, a la plaza central exactamente, me acerqué al centro de información y me direccionaron con el teniente político de Mindo, Kléver Tello, la chica que daba información me pidió que la acompañe hasta la puerta, señaló a su derecha y me dijo: “él, ese señor que está saliendo de la oficina, con él tiene que hablar”. Caminé rápidamente hacia él, le pedí que conceda una entrevista, aceptó gustoso y nos sentamos en una banca de la plaza, la entrevista se transformó más en una conversación.
Era jueves, el reloj marcaba las 9 am y ya estaba lista para emprender el viaje, ¿mi destino? Mindo.
La carretera estaba en buen estado, el paisaje era prometedor, árboles y más árboles a mi alrededor, la bulla de la ciudad quedaba atrás. Sentía la brisa en mi rostro, el sonido de la música que se mezclaba con el viento, todo hacía que me sienta diferente a lo cotidiano.
Respirando aire puro…
Llegué al pueblo de Mindo, a la plaza central exactamente, me acerqué al centro de información y me direccionaron con el teniente político de Mindo, Kléver Tello, la chica que daba información me pidió que la acompañe hasta la puerta, señaló a su derecha y me dijo: “él, ese señor que está saliendo de la oficina, con él tiene que hablar”. Caminé rápidamente hacia él, le pedí que conceda una entrevista, aceptó gustoso y nos sentamos en una banca de la plaza, la entrevista se transformó más en una conversación.
Cuénteme un poco de la historia de Mindo, le dije; “La historia es bastante larga, los primeros habitantes fueron los Yumbos, dedicados al comercio y la agricultura, era gente que vivía del bosque, de la naturaleza. Lo que el turismo ha permitido es que se mantenga esto, aprovechar la naturaleza, los escenarios y paisajes que Mindo ofrece”.
Mientras me hablaba de la historia se notaba en el tono de su voz, en sus gestos y movimiento de sus manos el cariño que sentía por su pueblo, y al mismo tiempo la indignación por la falta de conciencia de las personas y la falta de cuidado a la naturaleza, “la ambición del ser humano ha superado cualquier respeto por la naturaleza”, decía.
El sonido de los pájaros se escuchaba de fondo, la gente caminaba por la plaza con aires de tranquilidad, todos mirando hacia sus pisadas; mi mente lo comparó instantáneamente con la figura de la gente en la ciudad mirando de un lado a otro, como queriendo asegurarse que nadie los sigue, tan diferentes escenarios que vivimos, lo pensé.
Mientras me hablaba de la historia se notaba en el tono de su voz, en sus gestos y movimiento de sus manos el cariño que sentía por su pueblo, y al mismo tiempo la indignación por la falta de conciencia de las personas y la falta de cuidado a la naturaleza, “la ambición del ser humano ha superado cualquier respeto por la naturaleza”, decía.
El sonido de los pájaros se escuchaba de fondo, la gente caminaba por la plaza con aires de tranquilidad, todos mirando hacia sus pisadas; mi mente lo comparó instantáneamente con la figura de la gente en la ciudad mirando de un lado a otro, como queriendo asegurarse que nadie los sigue, tan diferentes escenarios que vivimos, lo pensé.
En su voz... se siente el amor por un pueblo
Eran las 12 pm, la entrevista concluyó con recomendaciones de qué sitios importantes podría visitar. Empecé por ir a una de las primeras casas construidas en el pueblo hace más de 100 años, era la única casa que quedaba de las 5 que se construyeron. El camino estaba enlodado, habían charcos de agua por todas partes, llegué a la casa que me habían indicado, era totalmente a base de madera, me recordó las casas que se construyen en la Costa. Cerca de unos escalones tenía el número 2 hecho en madera, efectivamente, esa era la casa de la que me habían hablado.
Rodeada de plantas, tierra y sembríos, la casa de madera tenía un aspecto antiguo muy marcado, las tablas se veían deterioradas, no tenía cortinas en sus ventanas y desde abajo se podía observar una hamaca que colgada de lado a lado.
Golpeé la puerta. Salió un señor, era José Julio Arias, más conocido en el pueblo como Pepe Julio. A sus 76 años, Pepe Julio me hablaba de su vivencia y su experiencia en el pueblo como si lo hubiera vivido ayer. Recordaba la época en la que salir a recoger aguacates, plátano y demás era cosa de todos los días. La tierra y su fruto eran su hogar; ahora, tiene prohibido el paso a lugares que el mismo adaptó para el sembrío, las empresas se adueñaron de los terrenos, actualmente existen construcciones adaptadas a la producción para la atracción del turismo, así lo ve él, que entre risas y seriedad, cuenta sus vivencias.
Pepe Julio habla de su casa como quien habla de riquezas. No abandonaría ni cambiaría nada de su vivienda, ni la forma ni el material del que está hecho, vive y disfruta de su ambiente sin importar nada, aunque a metros de su casa exista una construcción de madera perfectamente elaborada, con ventanales y una puerta con un timbre, él le da valor a su hogar, como ya casi nadie lo hace.
No interrumpí más sus quehaceres, agradeciéndole por compartir sus historias, me trasladé a uno de los lugares más conocidos por sus adaptaciones para la atracción de pájaros.
Si solo cantaran los pájaros...
Sentada en una silla hecha de madera, observé a mi alrededor cientos de pájaros volar por los árboles. Guardé silencio por varios minutos, no existía más sonido que el canto de los pájaros y el veloz aleteo de las alas de los colibríes. Todo el lugar era verde, no había más contraste que el de las alas de los pájaros, el rojo, el azul, el amarillo, una gama de colores vistosos y hermosos. Saqué la cámara y mientras jugaba con el obturador y el zoom, pude capturar uno de las imágenes más hermosas, la pausa del movimiento de las alas de un colibrí, congelando esos momentos, así me sentía.
Eran las 12 pm, la entrevista concluyó con recomendaciones de qué sitios importantes podría visitar. Empecé por ir a una de las primeras casas construidas en el pueblo hace más de 100 años, era la única casa que quedaba de las 5 que se construyeron. El camino estaba enlodado, habían charcos de agua por todas partes, llegué a la casa que me habían indicado, era totalmente a base de madera, me recordó las casas que se construyen en la Costa. Cerca de unos escalones tenía el número 2 hecho en madera, efectivamente, esa era la casa de la que me habían hablado.
Rodeada de plantas, tierra y sembríos, la casa de madera tenía un aspecto antiguo muy marcado, las tablas se veían deterioradas, no tenía cortinas en sus ventanas y desde abajo se podía observar una hamaca que colgada de lado a lado.
Golpeé la puerta. Salió un señor, era José Julio Arias, más conocido en el pueblo como Pepe Julio. A sus 76 años, Pepe Julio me hablaba de su vivencia y su experiencia en el pueblo como si lo hubiera vivido ayer. Recordaba la época en la que salir a recoger aguacates, plátano y demás era cosa de todos los días. La tierra y su fruto eran su hogar; ahora, tiene prohibido el paso a lugares que el mismo adaptó para el sembrío, las empresas se adueñaron de los terrenos, actualmente existen construcciones adaptadas a la producción para la atracción del turismo, así lo ve él, que entre risas y seriedad, cuenta sus vivencias.
Pepe Julio habla de su casa como quien habla de riquezas. No abandonaría ni cambiaría nada de su vivienda, ni la forma ni el material del que está hecho, vive y disfruta de su ambiente sin importar nada, aunque a metros de su casa exista una construcción de madera perfectamente elaborada, con ventanales y una puerta con un timbre, él le da valor a su hogar, como ya casi nadie lo hace.
No interrumpí más sus quehaceres, agradeciéndole por compartir sus historias, me trasladé a uno de los lugares más conocidos por sus adaptaciones para la atracción de pájaros.
Si solo cantaran los pájaros...
Sentada en una silla hecha de madera, observé a mi alrededor cientos de pájaros volar por los árboles. Guardé silencio por varios minutos, no existía más sonido que el canto de los pájaros y el veloz aleteo de las alas de los colibríes. Todo el lugar era verde, no había más contraste que el de las alas de los pájaros, el rojo, el azul, el amarillo, una gama de colores vistosos y hermosos. Saqué la cámara y mientras jugaba con el obturador y el zoom, pude capturar uno de las imágenes más hermosas, la pausa del movimiento de las alas de un colibrí, congelando esos momentos, así me sentía.
Como pájaro en el aire...
Permanecí cerca de una hora en ese lugar, la paz que me contagiaban era incomparable con cualquier otra cosa que haya apreciado. Decidí seguir el camino, llegué al río y me senté en una de las piedras más grandes, encendí la grabadora y logré capturar el sonido del agua golpeándose con las piedras. Por mi mente pasaban miles de pensamientos a la vez, no podía dejar sentir esa extraña sensación de soledad con un toque de tranquilidad.
Permanecí cerca de una hora en ese lugar, la paz que me contagiaban era incomparable con cualquier otra cosa que haya apreciado. Decidí seguir el camino, llegué al río y me senté en una de las piedras más grandes, encendí la grabadora y logré capturar el sonido del agua golpeándose con las piedras. Por mi mente pasaban miles de pensamientos a la vez, no podía dejar sentir esa extraña sensación de soledad con un toque de tranquilidad.
Aunque no hacía sol y el cielo permanecía nublado, la calidez del ambiente se podía sentir. Siempre sentí temor a las alturas, pero esta vez, quise experimentar lo que se sentiría al desafiar ese miedo, en todo el camino observé letreros de deportes extremos, pero uno me llamó la atención, canopy, el deporte en el que una cuerda sostiene el cuerpo mientras se desliza por un largo y alto cable sobre el bosque y la vegetación.
Llegué al lugar en el que se alistaban para hacer el deporte, me colocaron unas correas en la cintura, un casco y unos grandes guantes. Caminé por un sendero hasta llegar al punto de partida. Los nervios invadían mi cuerpo, el latido de mi corazón se intensificaba, pero ya era tarde, no podía dar un pie atrás. El guía colocó el gancho que estaba al final de las correas de seguridad en el cable que se conectaba al punto de llegada a unos 100 metros.
Él viajó primero por ese largo cable, luego fui yo. Sentí que saltaba al vació, mis pies bailaban con la fuerza del viento, mi cabello se movía en el aire y un cosquilleo me embestía, era como volar, miraba hacia abajo y veía solo las copas de los árboles, a la izquierda se veía el pueblo de Mindo, a la derecha se veía una parte de las montañas de Quito. Todo parecía transformarse, nada tan emocionante como sentirse tan libre como pájaro emprendiendo un vuelo, cerré los ojos por unos segundos y sentí que por ese pequeño momento, el mundo se detenía y no había nadie más que yo, así se sentirán los pájaros, me preguntaba, el miedo se marchaba y quedaba solo la adrenalina.
Descendiendo a la tierra
Regresé a la realidad, puse los pies sobre la tierra y sabía que la aventura había terminado. Con tristeza descendí nuevamente al pueblo, bajé el vidrio de la ventana y sentí ese inconfundible olor a húmedo, a tierra, a bosque. Miraba la perfección de las formas de las hojas, su dimensión era asombrosa, parecían cortadas por igual, réplicas perfectas unas con otras.
La gente se paraba alrededor de la plaza central para atraer a los turistas, ofreciendo los mejores lugares de comida y hospedaje. Decidí ir a uno de esos lugares de comida, el chef, era el nombre del restaurante, platos solo de comida típica, muy visitado por cierto. Después de tantas impresionesy emociones en un solo día, sentí que era hora de regresar a casa, el camino de regreso fue más largo que el de ida, al menos eso sentí yo.
El cansancio me ganaba, mis ojos se cerraban, pero no dejaba de pensar en todas las cosas maravillosas que un día puede ofrecer. Por lo general, la gente se despierta, toma un baño, desayuna, y sale a trabajar o a estudiar. Pero salir de lo cotidiano, apreciar tanta belleza que la naturaleza ofrece es asombroso.
El olor a bosque quedaba atrás, y el ruido de la ciudad regresaba. Llegué a Quito cuando el reloj marcaba las 6 pm. Entré a mi casa, dejé la cámara sobre mi cama y la misma idea irrumpía mi mente, tan diferentes escenarios y tan poco tiempo para apreciarlos, de regreso a la realidad.
La gente se paraba alrededor de la plaza central para atraer a los turistas, ofreciendo los mejores lugares de comida y hospedaje. Decidí ir a uno de esos lugares de comida, el chef, era el nombre del restaurante, platos solo de comida típica, muy visitado por cierto. Después de tantas impresionesy emociones en un solo día, sentí que era hora de regresar a casa, el camino de regreso fue más largo que el de ida, al menos eso sentí yo.
El cansancio me ganaba, mis ojos se cerraban, pero no dejaba de pensar en todas las cosas maravillosas que un día puede ofrecer. Por lo general, la gente se despierta, toma un baño, desayuna, y sale a trabajar o a estudiar. Pero salir de lo cotidiano, apreciar tanta belleza que la naturaleza ofrece es asombroso.
El olor a bosque quedaba atrás, y el ruido de la ciudad regresaba. Llegué a Quito cuando el reloj marcaba las 6 pm. Entré a mi casa, dejé la cámara sobre mi cama y la misma idea irrumpía mi mente, tan diferentes escenarios y tan poco tiempo para apreciarlos, de regreso a la realidad.
Etiquetas:
crónica
Ubicación:
Mindo, Ecuador
30 de enero de 2012
La Ley SOPA y PIPA se debatieron en CIESPAL
El pasado jueves 26 de enero, en las instalaciones de CIESPAL se debatió en mesa redonda la actual polémica que ha generado la propuesta de ley SOPA (Stop Online Piracy Act) y la ley PIPA (Protect IP Act).
La Stop Online Piracy Act y la Protect IP Act están captando más atención negativa, a medida que los grandes sitios web como Wikipedia han protestado en cuanto a su aprobación.
La ley SOPA intenta regular y “normar” la propiedad intelectual, pero no ha sido la única que ha intentado cumplir este objetivo.
Andrés Icaza, otro de los participantes, indicó con datos el marco legal en Ecuador referente a la propiedad intelectual y comentó que “en nuestro país, salir a buscar un disco o una película original es casi en vano, he recorrido las calles de Quito y he encontrado pocos sitios en el que los ejemplares originales se vendan”.
“El internet ha alcanzado un gran espacio en la vida cotidiana, el intercambio de información es cada vez más amplio mediante la creación de nuevas redes sociales” afirmó Carlos Correa.
El evento que fue organizado por Radialistas Apasionados, Creative Commons Ecuador y CIESPAL concluyó con la intervención de preguntas de los asistentes a los expositores.
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