1 de febrero de 2012

LA SELACOFOBIA

¿Son los tiburones una amenaza para los seres humanos o somos los  seres humanos una amenaza para los tiburones?

Si le preguntan a alguien, cuál es su apreciación sobre los tiburones después de haber visto la película Tiburón, obtendremos la misma respuesta, lo pensarán dos veces antes de nadar en el mar.

La Selacofobia es el nombre científico que se da a un miedo constante y anormal a los tiburones, este se ha convertido en un problema para muchos nadadores. Quienes padecen de esta fobia son totalmente incapaces de nadar en el mar, mucho menos practicar buceo o pesca submarina, aún cuando estén seguros de que se han implementado redes u otros procedimientos de seguridad.

El miedo a los tiburones, en muchos de los casos, puede ser tan grave que solo mirar una fotografía de ellos puede ocasionarles un ataque de pánico. Existen varios casos grabados de gente que está tan aterrorizada que son incapaces de nadar en piscinas que están ubicadas a cientos de kilómetros del mar por temor a ser atacados por un tiburón.

La aparición de este trastorno afloró poco después del estreno de la película Tiburón, y muchos de quienes lo sufren y algunos psicólogos, atribuyen el miedo a los tiburones específicamente a esta película.

El cine, ciertamente, no ha sido una buena publicidad. Quizás por ello, se relacione la aparición de este trastorno de la selacofobia al estreno de la película Tiburón. Es difícil creer que la representación de Spielberg produzca un pánico masivo y descontrolado, pero algunos científicos han establecido, tal vez exageradamente, que Tiburón es indirectamente responsable de la gran escala de la matanza de tiburones alrededor del mundo desde 1975.

El psicoanalista, Fabián Guarderas, médico especialista en uso de la hipnosis para el control de los miedos, en una entrevista realizada, señala que la principal razón de la selacofobia viene acompañada del miedo, es decir, si una persona no sabe nadar, es normal que sienta miedo de caer en aguas profundas, sea en una piscina, un lago o el océano.”Se puede decir que el miedo es una reacción de protección por parte del organismo, sin embargo, este se torna peligroso cuando abusamos de él, y dejamos que los comportamientos sean en realidad los que atenten contra nuestra seguridad”, así lo afirma.

La explicación de cómo actúa la selacofobia en nuestro sistema, según el Doctor Guarderas, es la siguiente: “empieza en una situación de miedo, el cuerpo empieza a sufrir una serie de cambios: el corazón acelera su palpitar para así permitir el envío de sangre a las extremidades y al cerebro, por lo general, las pupilas también sufren una alteración, se dilatan; se producen tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides. La producción de estos cambios internos son los que impiden que se dé una conexión entre las neuronas. Por tanto, biológicamente, es imposible que una persona sea capaz de todo su potencial cuando vive una situación constante de miedo. Se paraliza.”

Para esto, existen terapias de hipnosis que logran llegar al subconsciente del ser humano, se empieza por terapias que ayudan al control de los pensamientos, en primer lugar, y al control de la reacción del cuerpo frente a la fobia que se tenga.

Como otras fobias específicas, la selacofobia puede ser tratada con hipnoterapia, terapia conductual y/o medicación. Sin embargo, en ocasiones puede dificultarse encontrar el enfoque adecuado para cada individuo.

Ataques de tiburones a humanos a nivel mundial:

Según datos de (ISAF) The International Shark Attack File en el 2010 se registraron 115 presuntos incidentes entre tiburones y seres humanos, 79 de los cuales no fueron provocados, es decir, que se produjo un ataque del tiburón al ser humano sin provocación alguna. Los 36 ataques restantes se categorizan como provocados, estos se producen cuando un humano inicia el contacto físico con un tiburón; por ejemplo, un buzo poco después de haber tocado un tiburón, el apartar al tiburón de una red después de la pesca, y a personas que están en contacto con los tiburones por motivos de estudios.

El total de ataques anual en el 2010 fue de 79, que se encuentran en la categoría de no provocados, estos superan a los 63 ataques de 2009 y están dentro de los más altos desde el año 2000.

El número de ataques no provocados de tiburones ha aumentado a un ritmo constante desde el siglo pasado, este crecimiento no significa necesariamente que hay un aumento en la tasa de ataques de tiburones, es más bien un reflejo de la creciente cantidad de tiempo que los seres humanos pasan en el mar, lo que aumenta las probabilidades de interacción entre las dos partes afectadas.

La población mundial continúa su aumento y simultáneamente aumenta el interés en la recreación acuática, por lo tanto, si las poblaciones de tiburones seguirían siendo las mismas o aumentarían de tamaño, se podría predecir que debería haber más ataques cada año que en el año anterior debido a la creciente cantidad de tiburones. Por el contrario, estas poblaciones de tiburones, realmente están disminuyendo a un ritmo grave o se sostiene en niveles muy reducidos en muchas zonas del mundo como resultado de la sobrepesca.

La cruda realidad de los tiburones:
Un tercio de los tiburones de los océanos abiertos están en peligro de extinción, principalmente debido a la pesca excesiva, según un estudio del Grupo Especialista en Tiburones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

En el informe realizado, se indica que existe una grave pesca excesiva de estas especies, en aguas nacionales e internacionales, y demuestra la necesidad de emprender acciones inmediatas a escala mundial, según datos en la página web de la UICN, la directora de políticas de la Alianza del Tiburón, Sonja Fordham afirma que “Estos animales son especialmente sensibles a la pesca excesiva debido a que tardan varios años en madurar y a que quedan relativamente pocos ejemplares jóvenes”.

Los tiburones son cada vez más el objetivo de los pescadores debido a los nuevos mercados de carne de tiburón y la gran demanda de aletas en Asia, donde es el ingrediente principal de una sopa muy apreciada por ser considerada como afrodisiaca.

Para satisfacer esta demanda, a menudo se cortan las aletas del tiburón y se tira el resto del cuerpo de nuevo al agua, una práctica conocida como el “aleteo” que se ha prohibido en la mayoría de las aguas internacionales pero que se continúa practicando.

Contra esta actividad, se han creado varias campañas y fundaciones que apoyan a la conservación de los tiburones y su hábitat: no al aleteo del tiburon, Contra El Finning.



Si bien no se puede asegurar que la película Tiburón, o películas como El último tiburón, Deep Blue Sea o Tiburón 3D: La presa sean las causantes de la selacofobia, es importante señalar que la gran influencia en la imagen que se tiene de un tiburón como un despiadado depredador se debe a esas imágenes, ocasionado en muchos casos, un terror a estas especies y como consecuencia de eso, la pesca desmedida a estos animales.



Como conclusión a esta investigación, basándome en cifras ya mencionadas, considero que el ser humano se ha convertido más en una amenaza para los tiburones que ellos para nosotros. A pesar de los ataques, irónicamente, los seres humanos continúan avanzando en el hábitat natural de los tiburones. Sin embargo, siguen culpando a los tiburones por la destrucción de embarcaciones, tablas de surf, y entran en estado de shock cuando se enteran algún ataque ocurrido.


Los tiburones son muy dominantes en las aguas donde viven. Ellos han sido capaces de evolucionar y de sobrevivir durante los pasados 450 millones de años. Sin embargo, su mayor amenaza son los seres humanos, debido a la caza, la contaminación, el calentamiento global, y el estrechamiento de su hábitat natural. La mayoría de los seres humanos no tienen ningún deseo de aprender la verdad acerca de los tiburones. Están contentos con la información que tienen, a pesar de que no es exacta.

Existen muy pocos ataques de tiburones, menos de 100 cada año. Menos del 10% de las personas mueren cuando son atacados, ya que dejan al humano después de que se dan cuenta que no era la presa que buscaban.


Estas especies, si bien es cierto, son temidas como anteriormente se ha señalado, no está demás analizar las imágenes que nos ofrecen de ellos y su entorno, apreciarlas por unos minutos puede, tal vez, hacernos perder esas erróneas y exageradas imágenes de “depredadores” que tenemos de ellos.

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