7 de julio de 2011

ATRAPADOS EN UNA RED SOCIAL




Hay una frase que desde que la leí me hizo reflexionar sobre el uso de las redes sociales: “Facebook es como un libro de Matemática y Twitter como uno de Psicología. Uno lleno de problemas y el otro de opiniones”. Después de leer esta frase analicé los estados y las formas de uso que se le da a cada red social, empezando por la comparación estructural que cada página tiene. Facebook nos pregunta qué estamos pensando y twitter nos pregunta qué está pasando. Facebook nos permite subir fotos, tener álbumes, subir canciones, videos, jugar, visitar páginas que nos gustan, etc. Twitter nos limita a escribir en 140 caracteres lo que está pasando, se puede subir fotos pero no sirven para crear álbumes, no hay música, videos, juegos, ni páginas de interés, solo se puede poner el link de cada cosa.


En este punto es cuando llega la reflexión de hacia dónde nos dirigen las redes sociales, es tal vez una forma de control o autocontrol, de vigilancia, de pérdida de privacidad o nos amplia un mundo para que lo conozcamos y nos conozcamos unos a otros.
Sea como sea, la realidad es que no todos manejan las redes sociales como en realidad deberían ser exploradas.


La pérdida de identidades es absolutamente clara, se ve a personas y perfiles admirables, pero, ¿es en verdad eso una realidad? O el mismo hecho de poder jugar a editar nos da la puerta a editar la realidad que no queremos mostrar.

La dependencia de las redes sociales es cada vez más alta, al igual que el uso del internet, y los avances tecnológicos ayudan a que cada vez esta red nos atrape más porque las llevamos a todos los lugares con los llamados teléfonos inteligentes, hemos caído una realidad virtual que a veces nos importa más que la real.


Qué es peor, ¿que alguien nos vea mal en la calle o que se nos etiquete en una foto en la que salimos mal?, ¿terminar una relación o amistad con alguien o ver que nos eliminen de una red social? Estas son cosas que definitivamente salen del contexto de lo que es en realidad una red social.

Incapacitar al discapacitado

Durante décadas la atención a las personas con Discapacidad se basó en paradigmas de hombre útil o inútil, apto o no apto, sujetos de rehabilitación establecidos por los profesionales que los atienden. El ejercicio de sus derechos estaba condicionado al tipo y grado de deficiencia focalizado en el individuo y basado en la intervención del equipo profesional. El médico disponía lo que debía hacerse y decidía el grado de integración, deberes y derechos, etc. La sociedad, por su parte, participaba con sentimientos de conmiseración y mediante la práctica de la caridad en el intento de pagar sus deudas pecaminosas ante el Todopoderoso. Este modelo de atención ha llevado a la marginación, la mendicidad, el abandono y el aislamiento de una población de ecuatorianos que ha bordeado el 10 al 14% de la población general. Actualmente, según cifras de INEC 2010, el Ecuador contaría con un número alrededor de 1.640.000 ciudadanos que adolecen de algún tipo de discapacidad leve, moderada o grave, con mayor incidencia en poblaciones de riesgo (niños, ancianos, mujeres); la gran mayoría de ellos no tienen acceso e igualdad de oportunidades para una atención de rehabilitación digna y humana por motivos de orden político, normativo, estructural sistémico, socio-cultural, etc., y la vigencia de políticas y estrategias gubernamentales incoordinadas y excluyentes. CECB